El 7 de marzo en el marco del Día de la Visibilidad Lésbica retomamos el ciclo de cine debate con la proyección de “Una mujer como Eva“, la sensible historia de una joven madre que decide romper con las convenciones. Vista hoy, a más de 40 décadas de su estreno, Una mujer como Eva (La película es de 1979) llama la atención entre otras cosas por la naturalidad con la que muestra el romance entre dos mujeres. En los últimos años se estrenaron películas importantes como La vida de Adèle (La vie d’Adèle, Abdellatif Kechiche, 2013) u obras maestras como Carol (Todd Haynes, 2015) y Retrato de una mujer en llamas (Portrait de la jeune fille en feu, Céline Sciamma, 2019), pero en los 70 era infrecuente que el cine comercial abordara con tanta sensibilidad este tipo de relaciones. Eran los tiempos del erotismo lésbico para hombres de Roger Vadim o las sensuales vampiras de Jesús Franco o José Ramón Larraz.
Van Brakel construye muy bien a su protagonista Eva (apoyada en una enorme actuación de Monique van de Ven) desde el primer momento, cuando la vemos deambular sola por la casa, de noche, a oscuras. Eva está atrapada. Estalla en medio de la abulia de una reunión familiar y la respuesta de su esposo, que no sabe escucharla, será regalarle un viaje y enviarla lejos con una amiga. En ese viaje al sur de Francia Eva conocerá a Liliane (una desapasionada e intrigante Maria Schneider, una interpretación que suele ser criticada pero yo encuentro adecuada al tono de la película) y se le abrirá todo un mundo que desconocía. Esos aburridos empapelados pastel de su departamento en Ámsterdam, donde Eva no encuentra su lugar, donde no tiene una habitación propia, se contraponen con la soleada y verde libertad de la comunidad francesa donde vive Liliane.
(Info de cinematofilos)
UNA MUJER COMO EVA
Título argentino: Een vrouw als Eva
Directora: Nouchka van Brakel
Protagonistas: Monique van de Ven, Maria Schneider, Peter Faber, Marijke Merckens
País: Países Bajos
Idioma: holandés, inglés y francés
Año: 1979
Duración: 103 minutos
